
El desconocimiento de la pista hacía mella en José Lamela, que sólo podía clasificarse 22º entre los 26 pilotos que completaban los entrenamientos cronometrados. Pero en la primera carrera llegaría la remontada, ya que en pocas vueltas pasaba a la 15ª plaza en la que finalizaba. Esta posición le permitía albergar esperanzas de cara a la segunda manga, partiendo en este caso en medio de la parrilla.
Las expectativas se cumplían en parte, alcanzando una meritoria décima posición hasta que un toque de otro participante lo echaba fuera de la pista, lo que le hacía perder toda opción a una buena clasificación. Además eso tuvo efectos secundarios, porque una mangueta de dirección se doblaba y el motor dejaba de rendir como lo había hecho, al quedar afectada también la carburación. Al final, Lamela se caía a una inmerecida 18ª posición, pero en estos casos el factor suerte influye más de lo debido. (Fuente: Prenco Motor)
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